lunes, 17 de febrero de 2025

Arte del Valle del Indo

 La cultura del valle del Indo, una de las más antiguas civilizaciones urbanas del mundo

Una de las primeras sociedades urbanas que surgieron y prosperaron en nuestro planeta ha sido, sin lugar a dudas, la civilización que se floreció en el valle del Indo entre los años 2600 y 1900 a.C. pero que existió desde 50000 a.C. Esta cultura, de la que hasta la fecha se han descubierto más de 1.400 aldeas y pequeños núcleos urbanos, se extendió por tierras del actual Pakistán y el noroeste de la India, y se caracterizó por una particular planificación urbanística, en la que destacaba una ciudadela rodeada de murallas que presidía el centro urbano, así como la implantación de sofisticados sistemas de aprovisionamiento de agua y alcantarillado, y una estricta normalización del sistema de pesos y medidas.





Algunos investigadores sugieren que la sociedad del Valle del Indo pudo haber sido más igualitaria de lo que se pensaba, con un enfoque en la vida comunitaria y la cooperación, en lugar de en la jerarquía y el poder centralizado. La religión del valle del Indo era politeísta y se cree que incluía el hinduismo, el budismo y el jainismo. La civilización del valle del Indo, también conocida como "civilización Harappa", se desarrolló entre el 4500 y el 2000 a. C. 

Fundamentos del arte indio 

El arte indio ha sido principalmente una manifestación religiosa, una forma de conectar el mundo humano con la trascendencia de lo divino. En ese sentido han trabajado desde antaño artistas (śilpin) y arquitectos (sthapati), cuyos nombres no han trascendido en una gran mayoría de los casos, dejando una serie de obras anónimas donde lo importante no era la huella personal de su creador, sino su unión con el entorno y con el mundo de la divinidad. Entre las diversas manifestaciones artísticas destaca sin duda la escultura, el principal vehículo indio de representación de lo humano y lo divino; incluso la pintura y la arquitectura indias tienen una cierta plástica escultórica, ya que es el terreno donde más se desarrolló la creatividad del artista indio, donde surgieron la mayoría de técnicas y estilos presentes en el arte indio en general.




 Los indios han procurado en cambio integrar sus obras en el entorno natural, como los santuarios rupestres excavados en la roca y en grutas naturales. La naturaleza tiene para ellos un carácter sagrado, como se percibe en la sacralización de ríos, montañas y árboles, o en la divinización de los elementos naturales: sol (Sūrya), luna (Chandra), fuego (Agní), lluvia (Indra), etc. Otro factor a tener en cuenta es la diversidad racial y cultural, que ha provocado un arte ecléctico y sincrético: los primeros pobladores, de raza negroide, formaron la etnia drávida, que se situó en el sur de la India (Tamil Nadu) tras la llegada de los arios y, posteriormente, los musulmanes. Esta etnia siempre ha reivindicado su tez más oscura en diversos elementos simbólicos como la utilización del azul índigo en la piel de los dioses representados en su arte, o la preferencia por la arenisca en la construcción, un material más oscuro que la piedra o el mármol. 

 Una de las facetas más sorprendentes del arte indio para los occidentales es la representación sin tapujos del erotismo: según la religión hindú, el sexo es una forma de oración, un canal entre lo humano y lo divino, una señal de trascendencia y de espiritualidad. Buena muestra de ello es el culto al lingam (símbolo sexual masculino) y el ioni (símbolo sexual femenino), ambos provenientes de antiguos ritos neolíticos de la fertilidad, y que fueron asumidos por el hinduismo.



La estética india se desarrolló sobre todo en el período gupta, en el que se analizaron, recopilaron y clasificaron la mayoría de escritos védicos (los textos sagrados hindúes, transmitidos de forma oral desde aproximadamente el 1500 a. C.). Para el arte fueron primordiales especialmente los textos sagrados denominados Śastras, en particular los Vastu-Śastras, tratados arquitectónicos que hablaban de la construcción de templos para los dioses, y los Śilpa-Śastras, tratados figurativos para pintores y escultores y la forma de transcribir en imágenes el mensaje divino.

 Los gupta desarrollaron varios tratados técnicos y normativos sobre los principios fundamentales del arte, así como técnicas, materiales, estilos, iconografía, etc. Uno de los más importantes es el Śadanga, que establece los «seis principios» estéticos para la pintura: rūpa-bheda (ciencia de las formas), pramani (sentido de las relaciones), bhava (ciencia del sentimiento), lavanna-yojanam (sentido de la gracia), sadrisyam (ciencia de las comparaciones) y varnika-bhanga (ciencia de los colores). Más adelante se añadieron otros dos: rasa (quintaesencia del gusto) y chanda (ritmo).

 El rasa está ligado a la emotividad: para los indios, el arte ha de conmover, ha de suscitar emociones. Así, distinguen nueve tipos de emociones, que se relacionan simbólicamente con diferentes colores: Amor o rasa erótico (śringāra): color negro. 
Valor o rasa heroico (vīra): color rojo. 
Cólera o rasa furioso (raudra): color rojo. 
Alegría o rasa cómico (hāsya): color blanco. 
Asombro o rasa admirativo (adbhuta): color amarillo. 
Dolor o rasa compasivo (karuna): color gris. 
Asco o rasa repulsivo (bībhasta): color azul. 
Miedo o rasa temeroso (bhayānaka): color negro. 
Paz o rasa sereno (śānta): color blanco. 







Estas emociones se traducen a su vez en distintas actitudes y posturas (āsana) de las figuras representadas en escultura o pintura: 
Samabhaṅga: postura rígida y equilibrada, bien de pie o bien sentada. Significa la serenidad espiritual, y es la postura típica de Buda y dioses como Viṣṇu. 





Ābhaṅga: postura de ligera inclinación. Significa la meditación, y es propia de bodhisattvas y divinidades menores. 



Tribhaṅga: postura de triple flexión. Significa sensualidad y, a la vez, espiritualidad. Es la típica en figuras de apsaras y yakṣīs. 



Atibhaṅga: postura de extrema inclinación. Significa violencia o dramatismo, y es la idónea para Sivá y los Lokapāla («guardianes del mundo», que custodian los cuatro puntos cardinales).



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